Últimamente en la industria cinematográfica parece que lo
único que interesa son películas de alto presupuesto, películas que tengan
muchos efectos especiales y explosiones con saltos imposibles ¿Dónde han
quedado aquellas maravillosas películas que nos hacían soñar? Ahora lo que hace
récord en taquilla es lo que manda y eso se nota. Casi todo el cine son
comedias absurdas, sagas romanticonas para adolescentes y películas de acción
sin apenas trama de por medio. No os voy a mentir, paso un buen rato viendo
este tipo de películas pero también disfruto viendo buenas películas que me
hagan llorar, reír y soñar al mismo tiempo sin necesidad de usar un fondo verde
en todas las secuencias.
¿Hacer lo que te gusta y no lo que vende? Ya quedan poquísimos
directores que hagan esto, todos se dan vueltas por Hollywood en busca de un
buen guion que recaude millones en el primer fin de semana, contratan a actores
mundialmente conocidos para que sean un seguro para su película olvidándose de
lo que de verdad importa, así es como perdemos la esencia de lo que es el cine,
una manera de contar historias y no una competición entre ellos por ver quien
ha recaudado más o menos el día del estreno. Reflexionar, no os pido que vayáis
a ver cine independiente, ni cine de autor como locos, pero sí a que no
juzguéis a una película por su director o reparto, eso no lo es todo, una
película no tiene que estar bien por el simple hecho de que salga Brad Pitt o
por que sea lo último de Woody Allen, una película está bien cuando su historia
nos hace volar y nos invita a formar parte de ella adentrándonos en su mundo sin
darnos cuenta de ello.
Os invito a darle oportunidades a películas que tan siquiera
habéis oído hablar, a películas que no salga ningún actor que conozcáis os
invito a no juzgar un libro por su portada, porque ahí es donde está la magia
del cine.
Hinoino

No hay comentarios:
Publicar un comentario